Referencias y fuentes históricas

La primera evidencia sobre el nacimiento de las launeddas fue hace más de 3000 años. Sus ancestros son los clarinetes egipcios y sumerios, aunque en Cerdeña las launeddas hacen su primera aparición durante el período nurágico.
En África del norte y en el Medio Oriente hay instrumentos que son similares tanto por la técnica de construcción como por la de ejecución, como por ejemplo el argul árabe.
Argul árabe
A lo largo de los 2500 años las launeddas no han modificado sus principales características. Después del primer período del siglo II a.C., las launeddas cayeron en desuso hasta la reaparición en los primeros años del 800, como prueba de algo que nunca podrá morir.
Probablemente la desaparición transitoria y su reaparición posterior se debió a las innumerables incursiones que conquistaron y dominaron la isla durante años y a los siguientes momentos de libertad de carácter político-cultural. Tocar las launeddas permitía a los habitantes de la isla expresar su verdadera identidad, su pertenencia a la comunidad y su alma popular. A través de ella podían además mostrar la tradición mediante los sonidos de la naturaleza, el aullido de los vientos, las aguas de los ríos que fluyen y los rebaños en los prados.
Por todo ello, analizar los orígenes de las launeddas significa estudiar la historia de Cerdeña y conocer su verdadera alma.
Todo nos habla de esta isla y de sus raíces: desde las fuentes nuragas prehistóricas; pasando por Las Cantigas de Santa María de 1280; por el escritor francés de 1800, Gaston Vuillier; hasta llegar al antropólogo danés Bentzon, que hizo de Cerdeña y de las launeddas su pasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario